TODA
PSICOLOGIA ES SOCIAL
Marcelo De
Leonardis[i]
Algunos,
pocos, han decretado que transitamos la era de la ideología del Fin de la
Historia y las Ideologías. En virtud del Imaginario Social que se organiza en
torno de esa creencia, los mecanismos de naturalización están a la orden del día.
Por un lado se cree que hay cosas que siempre existieron de la misma forma, con
lo cual se borra cualquier intento de introducir una perspectiva histórica de ellas
y las situaciones que podrían desestabilizar esos postulados. Se cree, por
ejemplo, que un fenómeno de inseguridad social se genera por efecto espontaneo
del aquí y ahora como hongo que brota de las baldosas y no que es una producción
socio histórica, en la que se imbricaron políticas y voluntades pretéritas de
apostar y adherir a determinado rumbo y
no a otros. O se cree que los fenómenos colectivos de consumo masivo e ideales
consumistas son formas lógicas eternas en las que se organizan todas las
sociedades de la historia humana. Y así se pueden citar ejemplos más
particulares y singulares de la cuestión.
Pero también
la naturalización nos pone en el plano de la Naturaleza, ese dominio en el que
la Razón pudo defender su orden eterno de las cosas sin la intervención “sucia”
de lo subjetivo, ni de Dios, para la producción de la Verdad de la Ciencia y la
Filosofía Moderna. La objetivación introduce la ilusión de lo objetivo y por un
pase de magia deja afuera a los verdaderos productores de las cosas, a los
objetivadores: las mujeres, los hombres y (hoy habría que agregar) otros géneros.
Cuando se habla de Naturaleza Humana se está apelando a algún tipo de mecanismo
de naturalización. Pero no hay tal cosa. En el dominio de lo humano hay
subjetivización: hay una sinergia de la especie que vuelve todos sus contextos autocreados.
Son actos performativos. No hay objetividad sino objetivaciones: lo objetivo es
una construcción, esta producido.
Lo que la
modernidad clásica ha definido como objetivo existe por fuera de lo humano: hay
ciertos fenómenos y regularidades materiales no humanas captadas por nosotros
que testimonian de esa existencia. Por tal motivo sería beneficioso para la
Ciencia que quiere escapar de los binarismos de la Modernidad, especialmente
las denominadas Ciencias Sociales[ii],
abandonar la idea de objetivo y reemplazarla por la de materialidad efectiva. Podrían
encontrarse otras denominaciones mejores. Siempre se trata de un trabajo
colectivo, a no engañarnos.
Con el desarrollo
de la Modernidad como etapa histórica de la especie se dan ciertas producciones
de subjetivización en las que se destacan distintas figuras. Diría que
Sociedad, Grupo e Individuo conforman el trío más famoso. De ellas, la figura
central en términos político, económico, filosófico y científico es el
Individuo. Y él también está tocado por la naturalización. En lo que sigue voy
a mencionar unas cuestiones que nos compromete a todos los disciplinados Psi.
La Psicología como disciplina está destinada a
fundamentar la construcción del Individuo como figura central de la Modernidad
de Occidente. Destino polémico si se quiere (como lo no pensado en las actuales
prácticas psi), no pudiendo dar el lugar preciso a un gran número de
acontecimientos y situaciones que están más allá de la reducción individualista
del fenómeno psicológico. Demanda socio histórico que debiera tenerse en cuenta
al hacer un análisis crítico de nuestra disciplina. Podría demostrar que la
psicología es primero social y luego individual en términos de producción en la
historia del conocimiento[iii].
Es solamente en el campo ideológico en que el individualismo es dominante que
puede producirse una sinonimia de psicología con individuo y que por tanto
puede luego algo adjetivarse con social como si se tratara de un resultado y no
de algo que está en el comienzo. La psicología adjetivada como social es un
producto de una demanda socio histórica en la que la individualidad burguesa se
ve amenazada por el fenómeno colectivo de la asociación. El texto freudiano de
la Psicología de las masas es una herramienta de divulgación válida para
ubicarse sobre los debates comprometidos a tales fines[iv].
A la especie humana la distingue los fenómenos de la sociabilidad y la mentalización.
Entre ambos se produce una dialéctica, una relación de mutua influencia que
hace posible la creación de contextos o realidades. ¿Quiénes pueden
contrargumentar que en términos generales toda psicología es social; que existiría
una rama que es la Psicología Individual como el estudio de la mente[v]
del individuo? Psicología Individual como disciplina de objeto discreto que
nomina un dominio más específico de un campo de conocimientos más vasto. Sino
¿De qué manera interpretar la frase freudiana de que la psicología individual
es al mismo tiempo y desde un principio, psicología social, en un sentido
amplio, pero plenamente justificado? De esta forma si la psicología tiene que
adjetivarse no es con social sino con individual.
Los dominios disciplinarios siempre están en
falta respecto a totalizar el conocimiento de alguna cosa que no sea su objeto
discreto o específico. Por tal motivo creo que cualquier disciplina se vuelve
consistente si se reconoce como particular y específica, no totalizante de
ciertos “objetos complejos” y problemáticos que son tales por escapar de la
exclusividad de un dominio específico y presentarse como una unidad en la
diversidad.
La psicología (social)
puede definirse como el análisis de los procesos de subjetivización. Esto
implica propiciar la transdisciplina[vi]
como postura epistémica que pone de relieve la tensión moderna Individuo-
Sociedad[vii].
Se trata de analizar e intervenir (lo que hace todo profesional) en cuestiones
involucradas con el accionar de grupos, individuos y colectivos en la
construcción de existencias humanas, socio históricamente situadas. Le queda
bien a la Psicología y todo lo psi pensarse desde lo socio histórico ya que eso
es recuperar un nivel de análisis científico materialista. Los procesos de
subjetivización (subjetividad- subjetivación) configuran un campo complejo o
transversal que requiere abrir los campos disciplinarios para que el saber de
lugar al conocimiento.
En el caso de la
Psicología Social tal como está plasmado en su nombre, el saber es
transdisciplinario porque resiste al reduccionismo disciplinario[viii].
Quiere esto decir que su tradición es conservar la diversidad teórica como
elemento distintivo y la extraterritorialidad como lo Diferente de Mi que me
permite imaginar. También porque dada la tensión no cae en un reduccionismo
individualista que actúa como sobredeterminación, sino que pone a trabajar las
teorías en perspectiva con otras determinaciones, como el poder, la
organización social, los géneros, las clases y los modos de producción
económica, la satisfacción de las necesidades, la efectividad de los signos, la
construcción de los cuerpos, etc[ix].
Que ciertas prácticas y saberes disciplinarios
sean funcionales a la dominación y las resistencias en momentos históricos
específicos no es algo que pase inadvertido. El caso de la Psicología Social en
Argentina es un ejemplo más que burdo. Prolífica en sus teorizaciones y
prácticas desde 1950 hasta 1976, bajo el sello de Enrique Pichón Rivière[x]
como emblema de un colectivo más vasto, formó parte de una corriente de trabajo
que exponía y propiciaba como dispositivos potentes el trabajo grupal,
institucional y las intervenciones sociocomunitarias, las coordinadoras en
salud mental y el desarrollo de prácticas implicadas políticamente. La
Instalación de la dictadura del Proceso de Reorganización Nacional borró de un
plumazo no solo esas prácticas y las memorias, sino que propendió a la
potenciación de dispositivos centrados en la individualidad y el autocontrol.
El status, la valoración y la jerarquización que lograron imponer este tipo de dispositivo a partir de teorías
que los sustentaban, “mando al tacho” a toda esta tradición “desaparecida”,
generando la valoración - que aún persiste en la actualidad - de segunda
categoría a los dispositivos grupales y el borramiento de lo colectivo en las
producciones teóricas. Contrariamente a lo que sucede en el resto de América
Latina, la Psicología Social en Argentina es un campo inadvertido y devaluado.
Basta ponernos en escenarios donde somos
convocados como disciplinados psi que no sean el consultorio terapéutico, para
darnos cuenta de la necesidad de contar con formas de hacer y pensar que no se
corresponden con varias prácticas hegemónicas o dominantes que se ve reducida
la profesión.
Quizá sorprenda actualmente dada la
proliferación de síntomas y malestares, situaciones y conflictos en un área
como es la infancia el desuso del constructo teórico socialización.
Especialmente por aquellos sostenidos en postulados intrasubjetivos y no tanto
los intersubjetivos y relacionales. Pensar la Infancia desde este constructo
implica desindividualizar a los sujetos y visibilizar un campo complejo en los
que intervienen agentes organizados en grupos (especialmente primarios y
secundarios) e instituciones (la familia, la escuela, los medios y tecnologías
comunicacionales, el mercado de consumo, entre otros). Implica además pensar a
cada infante como el producto de un proceso de subjetivización singular en un
contexto cultural, social e histórico donde transita su biografía. Donde
interviene la constitución del Cuerpo, que como la pulsión, es un concepto limite:
lo producido por el encuentro entre el organismo y lo socio histórico.
Estos breves comentarios tienen la intención
de invitar al debate y conocimiento de formas de hacer, pensar y sentir la
psicología que trascienden los dispositivos del individuo. Desarrollar
intercambios teóricos y metodológicos en torno a las diversas prácticas
psicológicas rotuladas como psicología social que convocan a otras figuras tales
como grupos, comunidades, sociedad, colectivo, instituciones y organizaciones y
alguna otra más, como el individuo en contextos institucionales, la pareja, etc.
Proponer modelos teóricos y dispositivos de intervención que puedan utilizarse
a la hora de trabajar tanto en espacios clínicos como en espacios de
prevención, promoción y resolución de conflictos microsocioculturales. Deseamos
introducir las variables Social e
Histórica en nuestras prácticas psicológicas, visibilizar los procesos
psicológicos colectivos y enriquecer y redefinir nuestras prácticas
profesionales desde una perspectiva que toma en consideración la
multidimensionalidad de la subjetivización.
Pienso que como disciplinados universitarios
estamos dejando de lado una mirada de la disciplina y una perspectiva de
trabajo que como se mencionara en párrafos anteriores, tiene una historia
singular silenciada y bastardeada en nuestro país, que amerita una lectura crítica y una
autocrítica urgente. De nosotros depende que los lugares que reclamamos como
pertinentes podamos ocuparlos idóneamente y no dejarlos vacantes. En definitiva, propiciar el desarrollo de un perfil de psicólogo
(social) que pueda pensar su implicación con el trabajo en/con grupos e
instituciones y la de potencialmente intervenir en cuestiones que impliquen la
interdisciplinariedad como marca distintiva pero no exclusiva.
[i] Psicólogo. Psicoterapeuta del Instituto Municipal de Rehabilitación de
Vicente López Anselmo Marini. Profesor de Psicología Social de la Facultad de
Ciencias Sociales. U.B.A. Contacto m2dele@gmail.com
[ii] Desde mi perspectiva la Psicología es una Ciencia Social.
[iii] Lo es también en la Ontogénesis: esta se despliega en el contexto de
la Filogénesis. Nunca fue el individuo un punto de partida sino el producto de
cosas preexistentes, intensivas o extensivas.
[iv] Pero especialmente para argumentar de la existencia previa de ese
texto de un campo de debate e investigación de los “procesos psíquicos
colectivos” que sientan las bases de la Psicología Social. En este sentido se
trata de una campo de conocimientos autónomo, ni parasitario ni menor de
ninguna disciplina y menos como resultado del cruce o intersección entre varias
[v] Mente como constructo de una ecología mental humana que incluye
distintas versiones, concordantes o contrapuestas, tales como psiquismo,
esquema, estructura cognitiva, imaginación, funciones psíquicas superiores,
configuraciones subjetivas, mentalidad, personalidad, procesos psicológicos o
mentales de mediación, etc. Criticado y superado el paradigma dominante del
conductismo (más o menos radical) Mente se postula con cierto consenso como
objeto de la Psicología
[vi] Al respecto se puede ver Olecram Ed Sidranoel (2011) Transdisciplina,
en Revista Transversales. Política, Deseo, Subjetividad. Año 1. Número1. Buenos
Aires. Invierno 2011, pags. 144- 147 disponible en http://revistatransversales.blogspot.com.ar/.
Y también Fernández, A. M. (1993) Cap.2. La Bella Diferencia, en Fernández, A.
M. La Mujer de la Ilusión. Pactos y contratos entre hombres y mujeres, Buenos
Aires, Paidos
[vii] Como un campo de problemas de la
efectividad del Otro, en tanto histórico social que ordena y organiza, de cómo
lo simbólico, pero también lo real y lo imaginario tienen eficacia constructiva
entre otros órdenes de determinaciones - tales como la raza y etnia, los
géneros, el poder, lo económico- político, la clase social, etc..
[viii] Esta postura que compartimos junto a K. Gergen o T. Ibañez y otros
autores socioconstruccionistas tiene una afinidad con la epistemología convergente
de Pichón Riviere en tanto sostiene que la psicología social es una
interciencia de metodología interdisciplinaria.
[ix] Los enfoques transdisciplinarios implican
la organización multidisciplinaria y las prácticas interdisciplinarias que
deseen generarse. Se deriva que es necesario los niveles de imbricación de
instancias analíticas del tipo psiquismo individual, mundo interno- externo,
niveles vinculares e interpersonales-subjetivos, las interacciones, los roles y
los estilos comunicacionales, niveles intra- intergrupales, dinámicas sociales
situadas socio histórica y geográficamente, niveles de institucionalidad y
comunidad, incluso las prácticas religiosas y de religiosidad y todo lo que
tenga que ver con las dinámicas de lo colectivo y los modos de existencia.
[x] Bleger, Malfé, Ulloa,
Plavlovsky, Bauleo, G. Baremblit, Camino y tantos otros…
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